El primer estudio de las pautas mundiales de mortalidad entre las personas de 10 a 24 años de edad ha evidenciado que los accidentes de tránsito, las complicaciones del embarazo y el parto, el suicidio, la violencia, el VIH/sida y la tuberculosis son las principales causas de mortalidad. La mayoría de las causas de muerte de los jóvenes son prevenibles y tratables. Según el estudio, respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista médica The Lancet, cada año mueren 2,6 millones de jóvenes, y el 97% de esas defunciones se registran en los países de ingresos bajos y medianos.
En el mundo hay hoy más jóvenes que nunca antes: 1800 millones, que corresponden al 30% de la población total. Hasta la fecha se ha dispuesto de muy poca información acerca de las causas de muerte entre ellos, a escala mundial y por región. El presente estudio tiene por objeto servir de base para la elaboración de políticas y programas, con el fin de lograr que mejoren sus vidas y disminuya el número de sus defunciones.
Daisy Mafubelu, Subdirectora General de la OMS de Salud de la Familia y la Comunidad, ha declarado «Los jóvenes se encuentran en la transición entre la niñez y la edad adulta, en el umbral de convertirse en miembros productivos de la sociedad; sin embargo, a menudo caen entre las grietas. De estos resultados se desprende claramente que es necesario que se dediquen importantes inversiones a la cuestión, y no solo el sector de la salud, sino también sectores tales como los de educación, bienestar, transporte y justicia, para que mejorar el acceso a la información y los servicios, y para ayudar a los jóvenes a evitar los comportamientos peligrosos que pueden conducir a la muerte».
La OMS recomienda las siguientes intervenciones para promover los comportamientos sin riesgos, mejorar la salud y prevenir las defunciones entre los jóvenes:
- Los accidentes de tráfico se pueden prevenir mediante la gestión de la velocidad (por ejemplo, creando zonas de baja velocidad en los entornos urbanos y fijando límites de velocidad en función del tipo de vía); haciendo cumplir estrictamente la legislación sobre conducción bajo la influencia del alcohol, que limita el nivel de alcoholemia a 0,05 g/dl, o menos en el caso de los conductores jóvenes o noveles); aumentando el uso de cascos buena de calidad, y aumentando la utilización de los cinturones de seguridad.
- La salud sexual y reproductiva se puede mejorar velando por que los jóvenes reciban educación sexual, tengan acceso a los preservativos y otros medios anticonceptivos, a un aborto seguro en la medida en que lo permita la legislación, a la atención prenatal y obstétrica, a orientación y pruebas de detección sobre el VIH, y a la atención y el tratamiento del VIH/sida.
- La violencia y el suicidio se pueden prevenir velando por que los jóvenes reciban formación en materia de aptitudes para la vida; promoviendo una participación paterna positiva en las vidas de los jóvenes, disminuyendo el consumo de alcohol en la juventud, y reduciendo su acceso a medios letales (en particular armas de fuego, cuchillos, plaguicidas y sedantes).
- Las consecuencias inmediatas y a largo plazo de las lesiones y la violencia se pueden reducir significativamente mejorando el acceso a una atención comunitaria y atención médica de urgencia eficaces, y proporcionando tratamiento y apoyo a los jóvenes expuestos al maltrato de menores, la violencia juvenil y las agresiones sexuales.
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