domingo, 21 de marzo de 2010

Derecha de EEUU obligó al Pentágono a “recoger sus palabras"


Embajador Bernardo Álvarez: los medios quieren silenciar las declaraciones que favorecen al país

“Hay contradicciones internas” en la Administración Obama, subrayó Álvarez. Si Estados Unidos quiere diálogo, debe haber respeto, recalcó el diplomático venezolano en Washington. Lo ocurrido con el general Douglas Fraser, jefe del Comando Sur estadounidense, demuestra que se van a intensificar los ataques contra la Revolución Bolivariana, advierte Andrés Thomas Conteris, fundador de Democracy Now! en español


“No hemos visto ninguna relación específica que pueda verificar que hay un lazo directo entre el Gobierno (venezolano) y los terroristas”, afirmó el general Douglas Fraser la semana pasada
Hace una semana, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general Douglas Fraser, concluyó: “No hemos visto ninguna relación específica que pueda verificar que hay un lazo directo entre el Gobierno (venezolano) y los terroristas”. Indicó, además, que ha mantenido “un monitoreo cercano ante cualquier conexión con alguna organización ilícita o terrorista en la región”.

Pero Fraser cambió su discurso en pocos días. El jueves 18 de marzo, aseveró que el gobierno de Venezuela es una “fuerza desestabilizadora” en América Latina. El militar, quien testificó ante la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que en Venezuela “siguen comprometiéndose con la región (…) y siguen buscando su agenda socialista (…) Siguen siendo una fuerza desestabilizadora en la región”.

Esta variación de actitud revela, una vez más, que el expediente de supuesto terrorismo “es un comodín”, y que hay una derecha ideológica que se impone a la derecha económica, indicó el embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Álvarez, en conversación telefónica con el Correo del Orinoco.

“El Douglas Fraser de la semana pasada es un militar pragmático, que ve los problemas de su país pero identifica cuáles son los problemas reales”, explica Álvarez. “Pero es evidente que a Fraser le dijeron que asumiera una posición muy específica contra Venezuela”. Incluso, el uniformado comentó en el Congreso que en América Latina “hay distintas opciones sociales” y que las distintas opciones políticas e ideológicas batallan en un “mercado competitivo”.

Claramente, señaló el diplomático, “hay un esfuerzo de los sectores políticos de la derecha de Estados Unidos para sacar a Douglas Fraser del pragmatismo y colocarlo en una posición política”. Si algo está claro es que el Comando Sur estadounidense tiene los recursos para saber qué se hace realmente en Venezuela, y por eso se produce la primera reflexión del general. “Pero un sector le dijo que debía mantener la agresión contra Venezuela, y el elemento central es seguir vinculando al país con hechos que se consideran terrorismo”, agrega Álvarez.

¿Censura en la tierra de “las libertades”?

Al Embajador le llama la atención que el vaivén discursivo de Douglas Fraser no haya tenido cabida en las empresas de comunicación social. En Estados Unidos “ha habido un silencio mediático con la contradicción. Quieren silenciar lo ocurrido”, acusó Bernardo Álvarez.

Para el diplomático, falta ver la reacción del Congreso estadounidense. “Mucha gente no posee necesariamente una visión ideológica, y puede haber diferentes posiciones”. El Embajador, al igual que en otras oportunidades, escribirá a personas claves de los comités que trabajan sobre seguridad y fuerzas armadas, con el propósito de llamar la atención sobre las intervenciones opuestas de Fraser y advertir “que se usa la amenaza y el terrorismo a conveniencia política”.

A escala regional, Álvarez anticipa una reacción muy fuerte, que necesariamente reabrirá la discusión sobre las bases militares de Estados Unidos en Colombia. “Muchos justificaban esas instalaciones con el pretexto de la amenaza que supuestamente generaban los gobiernos antiestadounidenses y el apoyo al terrorismo, y resulta que Douglas Fraser admite que no hay evidencia de nexos con el terrorismo”.

El ataque de Colombia contra Ecuador hizo que América Latina diera un vuelco. “Hubo una reacción fuerte y legítima de todo el continente”, recordó el diplomático.

Si se impone esta visión ideológica, alerta Álvarez, “vamos camino a un proceso de desestabilización”. Pero si Estados Unidos quiere diálogo, enfatiza, “debe haber respeto. No puede ser que se hable de diálogo por un lado; y que por otro se sigan utilizando los comodines, las mentiras, las exageraciones, las falsedades, para provocar un ambiente de hostilidad contra el país. Nosotros decimos que debe prevalecer la sensatez”.

Fraser habría recibido presiones

Pocas cosas de las que ocurren en Estados Unidos sorprenden a Andrés Thomas Conteris, fundador de Democracy Now! en español. Las vueltas y revueltas del general Douglas Fraser no son la excepción.

“Las declaraciones que dio Fraser la semana pasada muestran que la verdad sale del imperio, aunque no quieren que salga”, sentencia Conteris, consultado por el Correo del Orinoco. “Cuando el general dijo lo que dijo sobre Venezuela hace una semana, estaba haciendo su trabajo; es decir, evaluar los hechos, la realidad concreta”.

Democracy Now! es un esfuerzo comunicacional que cuestiona el régimen imperante en Estados Unidos. Su equipo conoce cómo “se cuecen las habas” en el imperio. Por eso, Conteris destaca que, cuando los políticos escucharon a Fraser afirmar que no hay relación entre Venezuela y el “terrorismo”, “se dieron cuenta de que tenían que presionarlo para que cambiara su postura, porque Venezuela está en la mira del Imperio, y decir que no tiene vínculos con ‘el terrorismo’ va en contra de la política de agresión”. El militar debió ajustar su información sobre la Revolución Bolivariana “a la realidad política, que está basada, no en las evidencias, sino en las agresiones de Estados Unidos contra Venezuela”. Esto, prosigue, “lo hemos visto en otras naciones atacadas por Estados Unidos, como Irak. Los militares mismos estaban diciendo que podían reducir la presencia militar, pero eso no convenía políticamente”.

Las acusaciones contra Venezuela persiguen varios propósitos, enumera el activista: Que el gobierno de Barack Obama pueda mostrar a la derecha estadounidense que está luchando contra “el terrorismo”; y quitarle estabilidad a la Revolución Bolivariana con ataques diplomáticos, matrices mediáticas y acciones políticas y militares.

Conteris lo resume en una frase: Venezuela es una amenaza a la hegemonía de Estados Unidos en la región. “Representa el cambio en América Latina, ha apoyado a otros países para que se independicen de las trasnacionales”.

El complejo militar-industrial yanqui ve la guerra como una ganancia. “Hay plusvalía en la sangre que se derrama, en los ataques directos e indirectos contra pueblos de América Latina”.

La arremetida contra el pueblo venezolano se va a intensificar, “igual que se ha hecho contra Irán”, lamenta Conteris. El hecho de que el general Douglas Fraser haya defendido un argumento un día, y en menos de un mes cambiara por completo, es una muestra de ello.

T/ Vanessa Davies
F/ Archivo CO

Obama no cambia

En su campaña electoral para la Presidencia de Estados Unidos, Barack Obama machacó dos palabras: hope (esperanza) y change (cambio). Pero esto fue más que retórica, manifestó Andrés Thomas Conteris.

“Vimos un cambio de palabras cuando el presidente Obama viajó a Trinidad y Tobago. Allí, declaró cosas positivas; afirmó que la política hacia América Latina iba a cambiar. El presidente Hugo Chávez le regaló el libro de Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina”, rememora Conteris.

Pero esas palabras se las llevó el viento, y el mejor ejemplo “es el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras”. Al comienzo, “Obama afirmó que era un golpe de Estado, pero nunca lo declaró un golpe militar para no cortar la ayuda militar y económica”.

El activista, quien se encuentra en el país centroamericano, denuncia que el régimen ilegítimo hondureño “sigue siendo violento contra el pueblo, contra la resistencia. El gobierno de Porfirio Lobo es una extensión del golpismo. En las últimas tres semanas asesinaron a sangre fría a tres periodistas”. Todo esto ocurre ante la mirada impávida del hombre del “change”.


Las promesas de Obama no son más que eso: promesas
La SIP: un apéndice de la política exterior estadounidense

Comenzó la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa. En el encuentro, que se efectúa en Aruba, uno de los temas centrales -para criticar, para cuestionar, para intentar acorralar- es Venezuela. En entrevista con el Correo del Orinoco, Ernesto Carmona, dirigente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, recalca que la SIP siempre arremeterá contra la Revolución Bolivariana.

-¿Por qué la SIP siempre tiene posiciones contra Venezuela y contra los gobiernos progresistas de América Latina?

-Históricamente, desde su fundación en 1949, la SIP ejerce la defensa publicitaria de todo lo que es malo para los pueblos de América Latina. En los hechos, la agrupación de los dueños de diarios de EEUU y del continente es un apéndice de la política exterior de EEUU, complementaria del Departamento de Estado, la CIA, la OEA y otras instancias del poderío imperial estadounidense. Los diarios SIP han apoyado todos los golpes militares que hubo en la región durante sus 61 años de existencia, e incluso desde mucho antes que existiera como organización empresarial interamericana. Apoyaron el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala, en el debut de la CIA de 1954, por llevar a cabo una reforma agraria que perjudicaba a la bananera United Fruit y siguieron esa línea hasta el presente.

-¿Qué impacto tiene, en el contexto internacional, el informe de la SIP contra Venezuela?

-Entre los pueblos latinoamericanos no tiene ningún impacto, pues sus diarios sólo los leen las élites políticas que ejercen el poder y cuyos intereses coinciden con los del imperio. Esta propaganda, que repercute en la gran caja de resonancia mediática de los medios con influencia en América Latina y el Caribe, encabezados por CNN y los grandes diarios, les da animo a las clases propietarias en temas que ya han resuelto apoyar, como hoy es la demonización del gobierno de Venezuela.
-¿Venezuela debe tomar en cuenta las “sugerencias” de la SIP? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?

-La peor batalla es la que no se da. Venezuela debe responder permanentemente a los ataques ideológicos de la SIP en el plano de las ideas, luchando por sacar a luz la verdad, pues el monopolio mediático pro imperial prácticamente tiene un dominio completo en la región. Además, defenderse es una obligación ética impuesta por su liderazgo ejemplarizador ante el resto de los pueblos del continente.

-¿Existe alguna relación entre las declaraciones del Pentágono contra Venezuela y la reunión de la SIP?

-Toda ofensiva del imperio siempre está perfectamente sincronizada con las fuerzas y organizaciones reaccionarias de todo el planeta. Hoy, esas ofensivas están globalizadas, sueltan su purulencia simultáneamente en todo el mundo, desde Washington y Miami a Madrid y Santiago, a través del sistema mediático mundial controlado por el imperio y sus lacayos serviles que lo acompañan en la aventura de Afganistán e Irak, con la OTAN a la cabeza. ¡Cómo es posible que España, un país que está en crisis y desnuda su condición real de subdesarrollo y pobreza, mande a matar a su gente a Afganistán, en aras de la democracia, o emprenda la “limpieza” de “los piratas somalíes, que en realidad defienden sus mares de la depredación y la descarga de basura? El mundo está al revés, los buenos son presentados como los malos, por obra de la SIP y el control informativo mundial.
-¿Por qué el Pentágono se pronuncia contra Venezuela? ¿Qué puede esperar Venezuela a raíz de estas declaraciones de Douglas Fraser?

-Venezuela, que ya sufrió un intento de golpe de Estado en 2002, debe estar siempre preparada y alerta para lo peor. La amenaza hoy se llama Colombia y su fuerza paramilitar fuera de todo control, respaldada logísticamente por las nuevas bases militares autorizadas por Uribe

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