jueves, 24 de diciembre de 2009

El matrimonio entre personas del mismo sexo en Portugal se discutirá previsiblemente en enero, pero los opositores piden un referéndum


Dos manzanas.
La propuesta de ley del Gobierno portugués que abriría las puertas al matrimonio entre personas del mismo sexo se discutirá, previsiblemente, en enero. Sobre la mesa, varios proyectos: el promovido por el Gobierno, que incluirá una cláusula que impedirá a las parejas casadas del mismo sexo optar a la adopción; uno promovido por la oposición conservadora, que ofrece una ley de uniones limitada que salvaguarde el matrimonio como institución exclusiva de las parejas heterosexuales, y otros dos promovidos por los grupos de izquierda, que defienden la igualdad estricta.

El proyecto gubernamental supone un complicado embrollo jurídico, pues al tiempo que actualizaría la definición legal de matrimonio para eliminar el requisito de que los contrayentes sean de distinto sexo, incluiría una disposición en el Código Civil que matize que la reforma no sería aplicable a la legislación que regula la adopción. Sin embargo, la legislación que regula la adoción sólo establece, como requisito para ser padres adoptantes, ser una pareja que lleve más de cuatro años casada, sin referencia a su sexo. Parece que el Gobierno portugués, en su afán de conseguir el voto de todos los diputados socialistas, entre los cuales hay opiniones contrapuestas, pretende conseguir la cuadratura del círculo…

Bloque de Izquierda y Coalición Democrática Unitaria (alianza de comunistas y verdes) propondrán la solución más simple: abrir el matrimonio a gays y lesbianas sin limitaciones. Mientras que en el caso del Bloque de Izquierda se trata de la posición que siempre ha defendido, en el caso de comunistas y verdes supone un avance, pues hace poco más de un año defendían un proyecto de matrimonio sin adopción. El diputado socialista y activista LGTB Miguel Vale de Almeida, por cierto, apoyará estos proyectos, aunque se ha mostrado comprensivo con la postura del Partido Socialista de “jerarquizar prioridades”, al tratarse de un partido con vocación de conseguir apoyo en todos los sectores sociales. Los socialistas necesitarán el voto positivo, o al menos la abstención, de estos grupos para sacar adelante su proyecto, dado que carecen de mayoría absoluta.

Los opuestos al matrimonio reúnen firmas para pedir un referéndum

Mientras tanto, la reacción de los opuestos al matrimonio entre personas del mismo sexo no se ha hecho esperar. Es evidente que les da igual que el proyecto gubernamental deje fuera la adopción: ellos ya habrían conseguido reunir las 75.000 firmas necesarias para pedir al Parlamento portugués (que tiene la última palabra) que convoque un referéndum sobre el tema. Conviene recordar, en este punto, que el proyecto de ley era una promesa electoral del Partido Socialista, reciente ganador de las elecciones portuguesas.

Diferentes obispos católicos, utilizando el mismo argumentario que tan bien conocemos en España, habrían acusado además al Gobierno de “atacar a la familia”, agredir “de forma premeditada la conciencia cristiana de Portugal” o querer “distraer” a la opinión pública portuguesa de la crisis económica.

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