jueves, 10 de diciembre de 2009

Batalla de Santa Inés: Sentimiento colectivo con 150 años de vigencia







El pueblo de Santa Inés está situado a unos 36 kilómetros al suroeste de la ciudad de Barinas, en la margen derecha del río Santo Domingo. Allí se realizó una de las acciones militares más importantes de la Guerra Federal, en la que triunfaron los federalistas al mando del general Ezequiel Zamora. Un hecho que en tiempos de Revolución Bolivariana posee gran importancia, porque marcó una significativa unión cívico-militar, dado que Zamora puso en práctica el método guerra de guerrillas, que incluyó a los campesinos en el Ejército Federal.

Esa inclusión del campesinado fue más que un hecho fortuito, la demostración de un pensamiento político en el cual todavía se inspira el proceso que estamos viviendo en Venezuela desde hace una década. Más que una batalla, Santa Inés fue el resurgir del sentimiento de un colectivo oprimido que buscaba enarbolar la bandera bolivariana y la justicia social.

Ocurrió hace 150 años y fue un episodio militar, político e ideológico que marcó la Guerra Federal en toda su extensión.


Así sucedió

Una vez reunidas sus fuerzas en Guanare, a mediados de noviembre de 1859, los generales Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel Zamora se trasladaron a Barinas, seguidos por el ejército gubernamental de occidente, cuyo comandante, el general Pedro Ramos había recibido la orden de perseguirlos y batirlos. Tras su movimiento de retroceso, los federales se establecieron en el pueblo de Santa Inés.

La concentración de las fuerzas federalistas quedó concluida el 9 de diciembre. Asimismo, el general Zamora toma una posición defensiva y formuló un plan que consistía en un repliegue, ejecutado por las avanzadas, para atraer al atacante a un área donde sería destruido mediante un contraataque.

Las avanzadas, además de canalizar la acción de los atacantes, debían causarles el mayor desgaste posible mediante el empleo de las fuerzas situadas en tres líneas sucesivas; siendo la cuarta línea la posición final y en la que el atacante recibiría la descarga del máximo poder de combate de la fuerza de golpe, integrada por la reserva, incrementada por las fuerzas procedentes de las líneas anteriores.


Hacer la revolución

La victoria de Santa Inés, que Zamora había predicho sería la “tumba militar de la oligarquía” dio paso a una ofensiva hacia Caracas que tenía que culminar el 20 de febrero de 1860 con la toma de la capital, con el objetivo, en palabras de su lugar teniente Francisco J. Iriarte, de “terminar con la oligarquía de opresores y hacer la revolución”.

Ese era el plan. Sin embargo, antes de poder completarlo, Zamora cayó muerto en el sitio de San Carlos, el 10 de enero de 1860. El autor material de este asesinato político fue el sargento G. Morón, pero se dice que los autores intelectuales fueron Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco, dirigentes de la fracción moderada de los liberales.


Ellos le temían al profundo carácter social y revolucionario del movimiento campesino que dirigía Zamora, y no estaban realmente interesados en llevar adelante una lucha seria contra la oligarquía. Cuando vieron el camino hacia Caracas despejado, decidieron deshacerse de Zamora, el dirigente que mejor expresaba el deseo de justicia social de las masas campesinas.

Es la forma traicionera de actuar de la oligarquía, ayer, hoy y siempre. Lecciones de las cuales todavía debemos aprender.

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