viernes, 15 de enero de 2010

Haití: la espera se convierte en furia



BBC Mundo
Puerto Príncipe pasó su tercera noche sumida en el caos. La ayuda humanitaria comenzó a llegar, pero la falta de infraestructuras y la inseguridad hacen muy difícil su reparto. Los habitantes de la capital haitiana, muchos de los cuales siguen deambulando por las calles, se sienten abandonados. Según Naciones Unidas, la "situación es cada vez más tensa".

La noche en Puerto Príncipe ha sido larga. Miles de personas han dormido por tercer día consecutivo a la intemperie o en campamentos improvisados.

Cada hora que pasa, la falta de alimentos y de agua es más acuciante. Uno de los enviados de la BBC a Puerto Príncipe, Andy Gallacher, describió cómo cientos de personas hacen cola para recibir raciones de agua potable.

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"Es difícil estar vivo ahí fuera. No hay lugar para comprar comida. Es una situación muy dura", aseguró a la BBC el periodista residente en Haití Carel Pedre.

Impaciencia y frustración

PROBLEMAS PARA EL REPARTO DE AYUDA
Puerto: los barcos no pueden atracar. Las tres grúas se vinieron abajo.
Aeropuerto: sólo una de las pistas está operativa y los controles están dañados.
Infraestructuras y comunicaciones: las comunicaciones en Puerto príncipe están gravemente afectadas. Muchas carreteras son intransitables.
Inseguridad: se denunciaron saqueos. La fuerza de paz intenta mantener la seguridad.
De acuerdo con la ONU, son más de 300.000 los que han perdido sus casas. Pero son muchos más los que, por temor a nuevas réplicas, se resisten a volver a entrar en los edificios.

Tras el primer reconocimiento aéreo, Naciones Unidas aseguró que, en algunos barrios, la destrucción llega al 50% y que, además de Puerto Príncipe, algunas localidades cercanas, como Carrefour y Jacmel, se vieron gravemente afectadas. La Cruz Roja cree que los muertos pueden llegar a 50.000.

"Los hospitales están desbordados. Faltan médicos porque, muchos de ellos, murieron en el terremoto o están buscando a sus familias. Hasta ahora, el sentimiento general ha sido de paciencia, pero la rabia de la gente está creciendo y la población se siente cada vez más frustrada", señaló Gallacher.

Una rabia que aumenta ante las enormes dificultades que están demorando el reparto de la ayuda humanitaria.

Dificultades para el reparto


El presidente haitiano, René Préval aseguró que 7.000 cadáveres fueron enterrados en una fosa común.

Con el puerto inoperativo, el aire es la única vía de entrada de ayuda a la isla. En este sentido, Cuba y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para que los aviones estadounidenses con ayuda puedan sobrevolar el espacio aéreo cubano. Esto reducirá en 90 minutos el tiempo de viaje de Miami a Puerto Príncipe.

Sin embargo, sólo la pista central del aeropuerto está intacta, los controles están muy dañados y los aterrizajes de aviones con ayuda internacional se autorizan con cuentagotas.

Desde el jueves por la noche, los primeros efectivos militares estadounidenses se hicieron cargo del aeródromo.

Han llegado toneladas de materiales de primera necesidad, pero, hasta el momento, muy poca de esa ayuda se está repartiendo.

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"La comida y el agua recibidas están a sólo unos minutos a pie de aquí, pero la gente no han recibido ningún tipo de socorro", apuntó el reportero de la BBC Matthew Price desde uno de los campamentos improvisados de la capital haitiana.

El principal impedimento para el reparto es que las infraestructuras básicas de la ciudad están destruidas. Muchas carreteras son intransitables y hay gente que duerme en mitad de la calle.

Inseguridad


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Además, está el problema de la inseguridad. Ha habido saqueos esporádicos que incluso habrían afectado a instalaciones de Naciones Unidas.

"Se han producido pillajes en nuestros almacenes de Puerto Príncipe", apuntó Emilia Casella, vocera del Programa de Alimentos de la ONU.

Algunas informaciones apuntan que en algunos barrios están levantándose protestas. El fotógrafo de la revista Time, Shaul Schwartz, declaró a la agencia de noticias Reuters que vio calles cortadas por barricadas hechas de escombros y cadáveres.

"La gente está poniendo furiosa. Todos somos conscientes de que la situación es cada vez más tensa", indicó David Wimhurst, portavoz de la misión de Naciones Unidas en Haití.

En este contexto -con la policía haitiana prácticamente desaparecida- la seguridad depende en gran medida de los 3.000 soldados de la fuerza de paz internacional.

Hay cerca de 6.000 tropas más en otras regiones del país, pero el acceso a Puerto Príncipe es muy difícil.

Por otro lado, los más de 5.000 soldados estadounidenses prometidos por la secretaria de Estado Hillary Clinton y el portaaviones Carl Vinson -desde el que se coordinará la distribución de la ayuda y la seguridad en Puerto Príncipe- ya están de camino a Haití.

Muchos esperan que esos refuerzos alivien la situación y faciliten la distribución de la ayuda. Hasta que llegue ese momento, de acuerdo con los enviados especiales de la BBC, la población se siente abandonada y cada vez más desesperada.

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